La disfonía infantil es un fenómeno más habitual de lo que la gente piensa. Se define como disfonía a la alteración de las cualidades de la voz: frecuencia, intensidad, timbre y duración. La afonía es la pérdida total.

La voz es un instrumento frágil y de vital importancia, considerado el principal medio de expresión que nos identifica y que representa nuestro estado de ánimo. En los niños, las afectaciones de la voz están generalmente asociadas a enfermedades como resfriados, gripe o excesos como pueden ser los gritos.

Los padres nos acostumbramos a las características acústicas de la voz de nuestros hijos y no la vemos alterada, por otro lado, el niño identifica esa voz patológica como “normal” al asociarla al éxito en una competición o con haber disfrutado, como el que más, en una fiesta de cumpleaños. Por eso, en muchas ocasiones no son consideradas alteraciones de gravedad suficiente para acudir al médico pediatra.

En niños como en adultos la disfonía crónica requiere una visita médica cuando el trastorno se alarga dos semanas o se produce más de dos veces en un mes, tanto para descartar la presencia de cualquier lesión grave como para impedir que la disfonía se convierta en una disfonía crónica y derive en afonía. En los niños y también en las niñas, se debe tener especial cautela ya que la laringe va a soportar cambios anatómicos importantes hasta alcanzar la edad adulta, estas alteraciones pueden perjudicar su desarrollo normal y repercutir en la futura calidad de su voz.

ASUN SORIANO

LOGOPEDA Nº COL 46427